Otra malinterpretación menos tremenda pero igual de indignante es la de que los anarquistas y libertarios somos un@s ilus@s y soñador@s que fantaseamos con una sociedad ideal irrealizable, desoyendo y sin tener en cuenta nuestras propuestas, ignorando nuestras fundadas protestas y luchas sociales. Esta visión normalmente va acompañada de la idea de que el capitalismo es el sistema “menos malo”, justificando así las desigualdades como injusticias necesarias, las diferencias sociales como males menores, las injusticias como desajustes sistémicos elementales y las guerras como autodefensa preventiva. El sistema ha conseguido introducir en la mentalidad de la población el mensaje alineante e inmovilista y conformista que las cosas son como son y que no podemos hacer nada para cambiarlas. Con ese pensamiento "único" poco vamos a cambiar y este sistema capitalistas seguirá haciendo y deshaciendo todo a su antojo. Menos mal que un@s cuant@s no nos callamos y seguimos con la lucha día a día.
También es frecuente la concepción del anarquismo como una enfermedad juvenil, una fase de rebeldía contra lo impuesto y un síntoma de inmadurez. Esta es la definición que más escuchamos, sobre todo por parte de nuestros familiares, amig@s y entorno. ¿Acaso agachar la cabeza y obedecer sin rechistar es una muestra de madurez? Me parece que es todo lo contrario. El inmovilismo, el conformismo, el obedecer sin rechistar, son comportamientos netamente infantiles, como cuando un/a niñ@ obedece a sus familiares y aguanta un sermón. La rebeldía nace del análisis del sistema, de estudiarlo a fondo, de ver sus contradicciones y de oponerse a su injusticia. Ésto es una actitud muy madura, mucho más que resignarse y tirar la toalla. La historia está repleta de personas que creían en algo distinto y lucharon por ello con más o menos éxito, l@s revolucionari@s son el motor de la historia y no son ni mucho menos inmadur@s.
La culpa de que estas ideas erróneas estén tan presentes en la población es de los medios de comunicación de masas: no olvidemos que son el cuarto poder. Actualmente son los que distinguen entre “el bien y el mal”. Esos medios están totalemente controlados por el sistema capitalista, el poder económico-laboral y el Estado, así que ofrecen su visión parcial de las cosas, una visión manipulada de la realidad para que sirva a sus propios intereses: el pensamiento único. La televisión y la radio están lejos de nuestro alcance debido a las restrictivas leyes que existen para limitar su acceso y del elevado coste económico que conllevan. La prensa está en manos del poder. El medio que nos queda a l@s anarquistas, a l@s libertari@s, para llegar a la población es internet: páginas webs, blogs, páginas de contrainformación, periodismo libre, foros, redes sociales, el boca a boca, etc. Pero es insuficiente mientras la gente siga creyendo la voraz y alineante propaganda del sistema, por eso nuestra lucha debe centrarse en la difusión del anarquismo y en una labor pedagógica para extirpar de la sociedad estas falacias que ensucian el nombre del ideal libertario para que no cale en la sociedad, porque de ser así la gente se daría cuenta de que es@s poderos@s, que sostienen a toda costa este sistema, no son necesarios, que simplemente se aprovechan del trabajo ajeno como auténtic@s parásit@s para preservar sus privilegios mediante las desigualdades y el servilismo.
A medida que mas gente se una la lucha anarquista, estará a un paso más de poder ser alcanzado el ideal libertario, lo que es imposible es que se alcance con una mayoría de población aborregada, alienada, conformista y servil. El anarquismo necesita individu@s de mentalidad, acción y pensamiento libre, sin ningún tipo de alienación ya sea capitalista, religiosa, comunista o fascista.
(Libre comentario e interpretación de refundición de los textos "desmontando las falacias contra el anarquismo" hayado en el blog: lallamalibertaria.wordpress.com)