Los Ateneos Libertarios se convirtieron en centros populares de cultura, desarrollo de opinión crítica y analítica, y para muchos en el primer contacto con el ideal de vida libertario tan necesario para crear un "mundo nuevo" más solidario, igualitario, fraternal... más justo y libre.
En los Ateneos Libertarios se mantuvieron los principios educativos de la Escuela Racionalista y la preocupación por mantener una educación neutra, científica y laica.
Nacemos como Ateneo Libertario, en el Aljarafe, con el objetivo de acercar el concepto de cultura libre a la sociedad de los municipios de esta comarca, con la motivación del día a día y nuestras inquietudes de libertad como bandera.

martes, 4 de enero de 2011

José Antonio Garmendia Gil

Fuiste un ebanista con aspecto valleinclano o un licenciado en químicas con tintes de bohémio. Tu basta cultura te hizo intenso y libre: humorista (gráfico), gastrónomo, articulista, contertulio radiofónico, escritor, poeta. Un completo ser humano que no se doblegó a los tiempos desde sus convicciones libertarias y que supo estar presente entre la sociedad sevillana despertando admiración y respeto desde una modestia vivencial nada el uso.
Desde un guiño, una sonrisa un poema o tu voz podías seducir. Tu personal aspecto no impedía ser admirado y querido. Dejaste huerfana de tu presencia a Sevilla un 25 de abril de 2007. Desde entonces no ha vuelto a levantar cabeza.
JoséAntonio Garmendia Gil
                «Nací en Sevilla; mi apellido es vasco.                                  
                 Vasca mi sangre, vasca mi figura.
                 Temo a la gente, la cordial me apura.
                 La palmada en la espalda me da asco.

                 La hembra me enerva; le doy bien al frasco.
                 Soy tímido a la vez que caradura.
                  De cuanto di, jamás pasé factura.
                  Cuando me pica la ilusión me arrasco.

                  Creo en Dios. Uso barba, como Cristo.
                  Como Judas también, como el demonio.
                   Me gusta el mundo y me horroriza el mundo.

                                                              Soy uno más. Me canso, luego existo.
                                                              Adoro a mi mujer, me llamo Antonio,
                                                              y me muero segundo tras segundo.»
                                                                                                                  -Garmendia-